Bizcocho de horchata, okara y naranja en crockpot y MC

No es que en verano no nos apetezca desayunar o merendar con una buena bollería casera, lo que no nos apetece es encender el horno y convertir la cocina en las calderas de Pedro Botero jajaja, por suerte he descubierto que en la olla lenta pueden hacerse unos bizcochos riquísimos sin pasar ni un poquito de calor.

Este fué la primera prueba y desde entonces han caído varios más, ya os iré contando porque también es una solución genial para quién no tenga horno, y para ahorrar, que con el tema del precio de la electricidad últimamente no está la cosa para bromas.

 

Ingredientes para un molde de 16 cm:

 

2 huevos
113g de harina (para celiacos harina de almendra o chufa)
80ml de horchata
34g de aceite de oliva
11g levadura
100g de azúcar/ eritritol 150g.
67g de pulpa de chufa (okara)

ralladura de 1/2 naranja

 

Preparación:

 

Antes de meternos en faena debo explicaros algo, la okara es la pulpa de la chufa que queda después de hacer horchata, muchos la desechan porque no saben que hacer con ella, pero se puede aprovechar para muchas cosas: bizcochos, magdalenas, panes...., ya hay mucha gente que utiliza la harina de chufa, pues esto es más o menos lo mismo, si no se va a usar inmediatamente puede congelarse, no contiene gluten así que es una solución ideal para celíacos.

 

Lo normal es no tenerla a no ser que hagáis horchata habitualmente, en ese caso sustituirla por harina de chufa o la que soláis usar para los bizcochos, la horchata podéis comprarla, yo tenía congelada y la aproveché para este bizcocho.

 

Pero si queréis probar con los ingredientes originales el asunto no es nada complicado, solo se necesitan 200g de chufas y 1 litro de agua para obtener 1 litro de horchata, lavar muy bien las chufas y dejarlas sumergidas en agua toda una noche para que se hidraten, escurrirlas colando el agua, que reservaremos colándola de nuevo para eliminar impurezas, ponerlas en el vaso de la batidora o robot de cocina con 1 litro del agua que usamos para hidratarlas, triturar a máxima potencia hasta que la pulpa sea lo más fina posible, colar para separar el líquido de la pulpa estrujándola todo lo posible, ya tenemos por un lado la horchata y por otro la okara.

 

 

Empecemos: enchufar la olla en alta y dejar que se caliente tapada durante media hora, mientras vamos preparando la masa, con robot de cocina poner todos los ingredientes: primero la okara, azúcar, harina, levadura y mezclamos un poco, luego los líquidos: aceite y horchata, y por último los huevos y la ralladura de naranja y procesar 3 minutos a velocidad 5.

En batidora mezclar primero los huevos con los líquidos y el azúcar, después ir añadiendo el resto poco a poco para que todos se integren bien.

 

 

En olla lenta pueden usarse los mismos moldes que en el horno y se preparan de la misma manera, si no son de silicona hay que engrasarlos para que los bizcochos desmolden bien, verter la masa en el molde y una vez pasada la media hora colocarlo dentro, cubrir la olla con un paño de cocina, preferiblemente de microfibra, tensarlo y poner la tapa encima, esto evitará que la condensación que se acumula en la tapa gotee sobre el bizcocho mojándolo y evitando que quede bien cocido.

Pasada 1 hora comprobar como va, pinchar con un palillo y si sale limpio ya está listo, tengo una olla lenta de 3,5 litros, si tenéis una con más capacidad y os caben moldes mayores adaptar la cantidad de los ingredientes, pero tener en cuenta que si el bizcocho es más grande seguramente habrá que aumentar también el tiempo de cocinado, al menos en media hora, pero comprobarlo porque hay ollas más cañeras que otras así que no es una ciencia exacta.

 

 

Si se hace en el horno: hornear unos 40 minutos a 180º, sin aire y con calor arriba y abajo, en el horno la opción vapor puede usarse porque es un calor seco.

Ya solo hay que sacarlo, dejarlo enfriar y adornarlo a vuestro gusto, yo le puse un poco de azúcar glas por encima, pero no es necesario si no queremos aumentar las calorías, el resultado es un bizcocho jugoso y esponjoso con un sabor buenísimo.

 

Os aseguro que es una maravilla poder hacer un pastel como este, sin pasar calor y pudiendo dedicarte mientras a cualquier otra cosa, lo bueno de la olla lenta es que aunque te despistes y te retrases unos minutos no hay peligro de que se queme, cocinar a baja temperatura tiene esa ventaja, y además se ahorra un montón en la factura de la luz, según voy aprendiendo a sacarle más partido estoy más enamorada de este invento, no paro de recomendárselo a todo el mundo, aunque os prometo que no cobro comisión jajaja.

Buen provecho.

 

Reutilizar los restos de chufa creo que entra de lleno en lo que se entiende por aprovechamiento, así que esta receta será una más para 1+/-100 desperdicio 0, de mi amiga Marisa, en verano no hay que dejar de aprovecharlo todo, aunque estemos de vacaciones.

Recopilatorio 1 +/-100, desperdicio 0