Al menos dos veces al año aprovechamos para reorganizar y limpiar a fondo los armarios y hacer el cambio de temporada, es entonces cuando además nos preocupamos porque las indeseables polillas no aparezcan y de paso que nuestra ropa huela bien.
Personalmente aborrezco el olor a naftalina, por eso empecé a usar otro tipo de antipolillas con olores más agradables, y un buen día me decidí a personalizarlos a mi gusto, reutilizando varias cosas que todos tenemos en casa, y lo más importante: eligiendo mis aromas favoritos.
Necesitamos:
Medias viejas o bolsitas de tul
Bolas antipolillas usadas
Un tarro de cristal
Ambientador líquido (tipo mikado) de tu aroma preferido
Hierbas aromáticas, pieles de cítricos