Ingredientes para unas 24 tejas:
50g de mantequilla
2 claras de huevo
80g de azúcar
50g de harina (para celiacos harina de almendra)
40g de almendra fileteada
Unas gotas de extracto de vainilla (opcional)
Preparación:
Fundir la mantequilla en el microondas vigilando que no llegue a burbujear y pueda quemarse, y dejarla enfriar a temperatura ambiente, mientras tanto precalentamos el horno a 120 º .
Separar las claras de las yemas y ponerlas en un bol, guardar las yemas en la nevera porque en esta receta no vamos a necesitarlas.
Añadir el azúcar y batir con las claras pero sin llegar a montarlas, cuando se hayan mezclado bien tamizar la harina y una vez integrada hacer lo mismo con la mantequilla y el extracto de vainilla, cuando la masa sea homogénea agregar las almendras y mezclar suavemente con una espátula para que no se rompan.
En la bandeja del horno sobre un papel de hornear o una lámina de silicona, vamos poniendo una cucharada rasa de masa para cada teja, dejando bastante separación entre ellas porque al cocerse crecerán y no queremos que se peguen, aunque la masa no es demasiado espesa conviene extenderla un poco con la propia cuchara para que las tejas queden finitas, cuando hayáis terminado este paso si os parece que tienen poca almendra podéis añadir más por encima antes de meterlas al horno.
Horneamos entre 8 y 10 minutos, eso dependerá de cada horno y de lo finas que os hayan quedado, cuanto más delgadas antes se cocerán, el momento de sacarlas es cuando veáis que los bordes están tostados.
Dejarlas reposar un minuto para que se entibien un poco e inmediatamente ponerlas con cuidado y la ayuda de una espátula sobre un rodillo de amasar, una botella o un vaso de tubo, para darles la típica forma de teja, lo mejor es usar varias de estas cosas a la vez y así ondular toda una hornada rápidamente, porque cuando se enfrían es imposible, se romperían en el intento.
Usando una manopla de cocina para no quemarse, se pueden presionar ligeramente con la palma de la mano para moldearlas mejor pero con mucho tiento si no queremos partirlas, se vuelven muy crujientes y frágiles cuando se van enfriando, no os asustéis que no es tan complicado como parece, se le coge el punto enseguida.
Convenientemente guardadas se conservan varios días en perfectas condiciones, pero seguro que no correréis el riesgo de que lleguen a estropearse porque no durarán tanto jajaja, creerme volarán antes de que os deis cuenta.
Buen provecho.
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