Foto entre fogones y artilugios |
Necesitaremos:
Pechugas de pollo (obvio)(pueden ser congeladas)
Nata líquida
Sopa de cebolla en sobre
Calentar el horno a 200º.
Se rebozan las pechugas en la sopa de cebolla, tal y como sale del sobre.
Se colocan en una bandeja de las de meter en el horno, previamente untada con aceite.
Se añade la nata líquida. No hace falta que la nata cubra las pechugas, pero cuanta más nata, mejor.
Se cuece en el horno, prestando atención a que la nata no se cueza demasiado.
Se puede acompañar de un arroz blanco o patata frita.
Se come.
Se chupa los dedos y, si quedan, se puede repetir...
Ah!!! MUY IMPORTANTE: no salar, pues la sopa ya es bastante salada.
Buen provecho.
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