Muy fácil de hacer queda genial con hamburguesas, perritos, cremas, sopas..... en realidad se le puede poner a cualquier cosa que a la que os apetezca darle un toque crunchy.
Ingredientes:
1 cebolla
Harina (para celiacos harina de garbanzos)
Sal
Aceite de oliva
Preparación:
Pelamos y picamos la cebolla en trocitos pequeños, así se fríen mejor y más rápidamente, pero si lo preferís podéis hacerlo en juliana muy fina.
En una bolsa de congelación ponemos dos cucharadas de harina y una de sal, añadimos la cebolla, la cerramos dejándola llena de aire y sacudimos con energía para que los trocitos se rebocen por igual, dependiendo del tamaño de la cebolla puede que haga falta un poco más de harina, sacar de la bolsa y poner en un colador para sacudir el exceso.
En una sartén calentar abundante aceite y antes de que empiece a humear echar la cebolla, bajar un poco el fuego sin parar de remover para que se no se pegue ni se queme, cuando esté crujiente y dorada sacarla inmediatamente, dejarla escurrir en un colador y colocarla sobre papel absorbente para quitarle el exceso de aceite, cuanto más seca la dejemos mejor, ya solo hay que esperar a que se enfríe y guardarla en un tarro hermético dentro del frigo,
Se puede jugar con los colores si usamos cebolla roja o morada, y también se puede hacer sin harina, aunque así es más fácil que se queme y quedará más blanda.
Como dato: estando bien seca y guardada puede durar varios meses en buenas condiciones si hacéis mucha cantidad, pero es preferible preparar menos y consumirla más reciente.
Buen provecho.
me encanta!!
ResponderEliminarGracias M Carmen, ya verás que resultón queda como toque crujiente en tus recetas, saludos.
EliminarUn lujo porque es sano, sin conservantes. Una pena que yo no pueda comer fritos.
ResponderEliminarBesos.
Si no puedes que se le va a hacer, pero estoy segura de que te gustaría, está muy rica, besos.
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