Si nunca las habéis hecho poner manos a la obra y probarlas, que merece mucho la pena.
1 barra de pan del día anterior
1 litro y medio de vino blanco
3-4 huevos
La cáscara de 1/2 limón
1 ó 2 palos de canela
100 g de azúcar
Canela en polvo
Aceite de oliva suave
Preparación:
Al igual que con las de leche se puede utilizar pan especial para torrijas o pan normal, el segundo me resulta más cómodo porque usando una barra de pistola el tamaño de las torrijas es más manejable al cocinar, hay menos riesgo de que se rompan una vez bien remojadas, y me parece la porción justa porque no me gustan demasiado grandes, así que las cantidades están calculadas en base a este pan, del que salen aprox. entre 12 y 14 torrijas cortándolas de unos dos dedos de ancho.
En un cazo a fuego medio ponemos el vino a calentar con el azúcar y removemos hasta que se disuelva, no le pongo demasiada porque luego hay que rebozarlas también, así que probar y si os gusta más dulce añadir más azúcar, le ponemos la canela en rama y la cáscara de limón y dejamos que hierva durante al menos 5-10 minutos para que pierda todo el alcohol, al cocerlo tanto reducirá por lo que añadiremos un poco de agua para que no quede demasiado espeso y las torrijas se remojen bien, dejamos reposar para que se temple durante 10-15 minutos.
Mientras habremos cortado las rebanadas de pan que colocaremos en una fuente o bandeja en la que volcaremos el vino (ya sin limón y canela) para que se vayan empapando, no lo pongáis todo de golpe, verter 1/2 litro de vino y esperar 5 minutos entonces dar la vuelta a las torrijas y añadir otro 1/2 litro, a no ser que el pan esté demasiado seco no necesitarán mucho más vino del que nos ha sobrado, el pan debe quedar jugoso pero no chorreante o se romperá, así que aprovecharemos el sobrante para hacer un almíbar y remojarlas un poquito más cuando las vayamos a comer.
Para hacerlo solo hay que poner de nuevo al fuego el vino sobrante para que reduzca y espese, si no ha quedado mucho podemos añadir más vino y azúcar para hacer la cantidad que necesitemos, dejarlo enfriar antes de utilizarlo.
En una sartén a fuego medio calentamos abundante aceite de oliva evitando que llegue a humear, batimos los huevos y bañamos en ellos las torrijas pasándolas inmediatamente a la sartén para dorarlas por ambos lados, una vez listas colocarlas en papel absorbente para que pierdan el exceso de grasa.
Preparamos una mezcla de azúcar y canela molida en un plato y rebozamos las torrijas por ambos lados estando aún calientes para que se impregnen bien, la proporción es de 2 cucharadas de canela por 3 de azúcar pero podéis cambiarla según vuestro gusto, y ya las tenemos listas para disfrutar de este "pecado" de Semana Santa.
IMPORTANTE:
Para que nos salgan doradas y estupendas de la primera a la última, hay que mantener lo más limpio posible el aceite mientras freímos las torrijas, retirando esos restos de huevo que quedan flotando en él y que acabarán quemándose, y si vamos a hacer muchas es conveniente cambiarlo cuando empiece a oscurecerse.
En este postre cuanto mejor sea el vino mejor será el resultado, un buen vino blanco seco un poco más selecto que el que usáis normalmente para cocinar es suficiente, tampoco es necesario comprar uno carísimo; hay recetas con vino dulce e incluso con vino fino, a mí personalmente no me gustan para las torrijas pero si queréis probarlos pueden ser una buena opción.
Buen provecho.
Receta aportada al proyecto 1+/- 100, desperdicio 0 de la página Thermofan, donde se pueden encontrar recetas de aprovechamiento muy interesantes.
1 +/-100, desperdicio 0 |
Hola, nunca las he probado con vino, pero no dudo de que están buenas, porque en mi casa nos daban la mona dura mojada en vino (eso sí que era alcohol) y me gustaba. En la torrija, el gustito, todavía mejor.
ResponderEliminarSi quieres enlazar y colgarla en 1+/- 100, al ser un reciclaje, ya sabes que eres bienvenida.
Besos.
Te lo aseguro están buenísimas.
ResponderEliminarAhora mismo voy a tu página y la cuelgo, gracias Marisa.
A ti, Cristina. 😘
ResponderEliminarAquí en Jerez las que se hacen son las de vino, de vino dulce en vez de blanco. De todos modos, ricas seguro!!
ResponderEliminarLa elección del vino es cuestión de gustos, pero tanto unas como otras seguro que están de rechupete, gracias por pasarte por aquí, saludos.
EliminarNunca las he probado de vino, y estoy segura de que me van a encantar. En cuanto haga sitio en mis michelines, me pongo a ellas. Gracias por compartir.
ResponderEliminarSeguro que tus michelines serán buenos y harán hueco para que las pruebes jajaja, un gusto conocerte y gracias por pasarte por aquí, saludos.
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