Aguardentaos murcianos

Este dulce navideño típico de Murcia ha sido todo un descubrimiento para mi, un bocado hojaldrado muy rico y bastante más ligero que otros dulces, ya que no lleva mantequilla ni manteca, si no aceite de oliva, creo que no van a llegar a nochebuena jajaja.

Ingredientes para 40-45 aguardentaos:

500g de harina
200g de azúcar
225ml de aceite de oliva suave
90ml de aguardiente
90ml de anís dulce
1 cucharada de canela
Piel de un limón

Preparación:

Precalentamos el horno a 180º, mientras en un bol resistente al calor ponemos la harina haciendo un agujero en el centro, por otro lado ponemos el aceite junto con la piel del limón en una sartén y lo calentamos a fuego suave y lo apagamos justo antes de que empiece a humear, retiramos el limón y vertemos el aceite sobre la harina para escaldarla, removemos bien con unas varillas o una cuchara para que no queden grumos de harina y añadimos la mezcla de aguardiente y anís, la canela y el azúcar.

Seguimos mezclando con las varillas y cuando todos los ingredientes se hayan integrado acabamos de amasar con las manos para trabajar bien la masa y que no queden grumos de harina, debe quedar blanda pero no demasiado pegajosa, la dejamos enfriar

Colocamos la masa sobre un papel de horno y lo cubrimos con otro, de manera que podamos extenderla con el rodillo fácilmente hasta conseguir un grosor de medio cm aproximadamente, con un cortapastas de la forma que más nos guste vamos cortando porciones y poniéndolas en la bandeja del horno sobre un tapete de silicona o papel de hornear.

Introducimos la bandeja en el horno durante 15-20 minutos aprox., eso dependerá de cada horno, vigilar  para sacarla cuando los aguardentaos empiecen a dorarse, si nos pasamos quedan duros y se queman enseguida, si los hacéis más gordos tardarán un poco más.

Una vez hechos dejarlos reposar 5 minutos para que se templen un poquito y rebozarlos con una mezcla de azúcar y canela, esperar a que se enfrien totalmente antes de guardarlos en una lata o tarro de cristal.

Acompañados de un café o un licor no podréis parar de comerlos ¡son peligrosos!

Buen provecho.